Y mira que hacía años que quería una. Y de las buenas, extremadamente barata (esta de 2 litros me salió por 26€) para ser una obra totalmente artesanal y que dura toda la vida, la obsolescencia programada no llegó a las botas de vino. Las hace Fresneda, el botero de Valdepeñas, de los dos únicos que quedan en toda Castilla - La Mancha.
Una pena que en estos tiempos caigan en desuso, salvo para la gente del campo y en fechas señaladas. Para mí no hay artilugio igual para llevar a las rutas de senderismo, y su estética, olor y tacto son muy evocadores.